Un parque, un banco, un lugar para pensar, leer, descansar, esperar, amar, ver, oler, disfrutar, recordar… un lugar para estar en el ‘aquí y ahora’, para evadirse y soñar… cada uno con su historia.
Temporalmente lo hacemos nuestro. Lo hemos elegido por su lugar, su luz, su orientación, su comodidad, su estado… es la prolongación de nuestro hogar por un instante.
Solos o en compañía, conectados o aislados, con personas conocidas o desconocidas no importa. Las culturas, las edades, los géneros, las profesiones, las raíces se confunden en un continuo fluir sin fronteras.
¿Qué historia te ha traído al banco?